Papa Francisco: leves mejorías tras 32 días hospitalizado

Desde el 14 de febrero, el Papa Francisco, de 88 años, se encuentra hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma, luchando contra una neumonía bilateral. Su estado, tras 32 días de internación, ha mantenido en vilo al mundo entero. Las últimas semanas han sido particularmente complejas, con cuatro crisis que pusieron a prueba su fortaleza y la de quienes le rodean.
Pero en medio de la incertidumbre, un rayo de luz: fuentes vaticanas confirman "leves mejorías" en la salud del Sumo Pontífice. Estas mejorías, según se ha informado, son producto de una intensa fisioterapia respiratoria y motora. El progreso se evidencia en la disminución del flujo de oxígeno requerido.
Un detalle significativo: por primera vez desde su ingreso, el Papa puede prescindir de las cánulas nasales durante pequeños traslados. Esto se ha podido observar en su participación en una misa celebrada en la capilla del apartamento privado del Papa, en la décima planta del hospital. La imagen, publicada por la Santa Sede, muestra al Papa Francisco sin las cánulas, un indicativo claro de la evolución positiva de su estado de salud.
"Los altos flujos de oxígeno continúan, pero ahora hay una alternancia con niveles inferiores. Es la primera vez que no usa todo el tiempo altos flujos con cánulas", aseguraron fuentes cercanas al Vaticano. Además, se ha logrado reducir la inflamación gracias a la perseverancia en la fisioterapia motora.
Esta mejoría gradual, aunque lenta, ha permitido a los médicos del Gemelli modificar la frecuencia de los boletines médicos. La información diaria ha dado paso a una periodicidad menor, con el próximo reporte previsto para martes o miércoles. La situación, si bien sigue siendo "estable", refleja un avance significativo en la recuperación del Papa Francisco, quien, tras superar el "peligro inminente", continúa su camino hacia la plena salud.
La reducción de la inflamación y la menor dependencia del oxígeno son señales alentadoras que dan un respiro a los millones de personas que siguen con atención la evolución de su estado de salud.