Crisis migratoria satura centros de detención en Florida

El congresista Carlos Giménez confirmó la evaluación de una propuesta audaz: la instalación de campamentos de detención temporales cerca de la Base Aérea de Homestead, en Miami-Dade. Esta decisión, según Giménez, busca aliviar la sobrepoblación en centros como Krome y Pompano, que según el informe de Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), superan ampliamente su capacidad. "Es una opción," aseguró el congresista, reconociendo la polémica que rodea la medida.
El informe de TRAC detalla el panorama: el centro de Krome, con una capacidad de 450 personas, alberga actualmente un promedio de 551; mientras que el centro de transición de Broward, en Pompano, diseñado para 700, registra una media de 656 detenidos. Esta situación, denunciada por abogados de inmigración como Ángel Álvarez, quien en entrevista con Univisión lamentó: “Cuando uno visita a sus clientes, tiene salones especiales para estar con ellos, y en esos mismos salones hay otras personas detenidas.” La falta de espacio no solo impacta las condiciones de los detenidos, sino también la eficiencia de los procesos migratorios.
La Base Aérea de Homestead, con más de ocho décadas de historia, desde su creación en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial hasta su rol actual, se perfila como un posible lugar para estos campamentos. Su ubicación estratégica y su infraestructura podrían facilitar la implementación de esta controvertida medida. Sin embargo, la decisión final aún pende, debatiéndose entre la necesidad de atender la crisis migratoria y la preocupación por las posibles consecuencias para los migrantes detenidos.
Las consecuencias de la saturación son múltiples: retrasos considerables en los procesos migratorios, con tiempos de procesamiento que se extienden hasta 12 días; malas condiciones de hacinamiento, con migrantes durmiendo en el suelo; y traslados forzosos a otros estados, como el caso de un migrante enviado de Pompano a San Diego. Adicionalmente, el informe de TRAC destaca que el 49.9% de los migrantes arrestados en Florida no tienen antecedentes penales, lo que añade otra capa de complejidad al debate.
La situación en Florida refleja un desafío mayor en la gestión de la migración, con implicaciones que trascienden las fronteras del estado y que requieren soluciones integrales y humanitarias.