Maestra de escuela católica suspendida por OnlyFans

En el centro de la controversia se encuentra Elena Maraga, una maestra de 29 años con una licenciatura en Ciencias de la Educación y una pasión por el fisiculturismo. Maraga, además de su dedicación a la enseñanza, tiene una cuenta en la plataforma OnlyFans, donde comparte contenido para adultos. Esta actividad extra, aparentemente irrelevante para sus alumnos, detonó una crisis en su vida profesional.
La situación escaló cuando una madre de familia descubrió la cuenta de OnlyFans de Maraga. Según la propia maestra, en una entrevista con Corriere del Veneto, “Mi perfil principal de Instagram estaba vinculado a otro perfil privado, donde seleccionaba cuidadosamente a mis seguidores. Nunca acepté en mi perfil privado a familias de mis alumnos ni a mujeres.” Sin embargo, la denuncia llegó a oídos de las autoridades escolares.
La versión de Elena es que un hombre, posiblemente uno de sus seguidores de Instagram, fue quien filtró la información. Tras una reunión con el director, la suspensión indefinida e inmediata sin goce de sueldo fue la decisión final. “El director me pidió borrar mi perfil de OnlyFans, diciendo que dañaba la imagen de la escuela”, relata Maraga. La situación se agravó con una publicación en Facebook por parte de la misma madre que la denunció, extendiendo rápidamente el rumor.
A pesar de la presión inicial de la institución para guardar silencio, Maraga decidió romper el silencio. “Estoy harta. Es claro que soy la maestra ‘incriminada’, aunque no tengo nada de qué avergonzarme. Hay fotografías de desnudos que no son pornográficas”, afirma. Además, destaca la importancia de la educación en el hogar: “La educación empieza en casa. Una maestra educa a los niños, pero el resto de su vida hace lo que quiere.”
La reacción no fue unánime. Mientras algunos la criticaron, Maraga también recibió mensajes de apoyo de otras madres de familia, quienes la reconocen como una excelente maestra. Ella asegura que no piensa retractarse: “No voy a dar un paso atrás. Soy una persona adulta y consciente de lo que hago con mi cuerpo. Mostrar el cuerpo en Italia todavía es criticado, pero considero que mi cuerpo es un espectáculo hermoso, fruto de mi esfuerzo.” Su caso deja en evidencia el conflicto entre la vida privada y la profesional, y la complejidad de las normas morales en la sociedad actual.
Actualmente, Elena Maraga se encuentra a la espera de una resolución sobre su futuro en la escuela. Este caso, sin duda, plantea interrogantes sobre la privacidad, las redes sociales y los límites entre la vida personal y profesional, especialmente en un contexto tan conservador como el de una escuela católica.