Ganador Oscar secuestrado en Israel tras brutal ataque

Este lunes, sin embargo, un evento ha conmocionado a la comunidad cinematográfica internacional y ha vuelto a poner el foco en la compleja situación de Masafer Yatta. Hamdan Ballal, codirector del documental "No Other Land," ganador del Oscar, fue el centro de una serie de eventos que han generado una ola de indignación.
Según la productora del filme, Yuval Abraham, alrededor de las 18:00 horas (hora local), un grupo de aproximadamente diez colonos israelíes atacaron la aldea palestina de Susiya. El ataque, descrito como violento, incluyó el uso de porras, cuchillos y al menos un rifle de asalto. "El grupo de asaltantes llegó con porras, cuchillos y al menos un rifle de asalto; muchos también iban enmascarados," informó la productora.
Cinco activistas judíos estadounidenses que se encontraban en el lugar documentando el ataque también sufrieron agresiones físicas, y su vehículo resultó dañado por las piedras lanzadas por los colonos. En medio del caos, Ballal resultó herido, sufriendo golpes en la cabeza y el estómago. Mientras recibía atención médica en una ambulancia, fue arrestado por las fuerzas israelíes, junto a otro palestino.
La situación es aún más preocupante debido a la falta de información sobre el paradero de Ballal y su estado de salud. La productora afirma desconocer su ubicación actual y si está recibiendo la atención médica necesaria. El documental "No Other Land", que ganó el Óscar el 3 de marzo, documenta cinco años de grabaciones (2019-2023) en Masafer Yatta, mostrando la demolición sistemática de viviendas, escuelas e infraestructura vital por parte del Ejército israelí.
La película, desde su premiación, ha generado controversia en Israel, con el ministro de Cultura, Miki Zohar, solicitando a los cines que no la exhiban. Este último incidente, el arresto de su codirector tras ser brutalmente atacado, ha generado una gran preocupación por la seguridad de los cineastas y la libertad de expresión en la región.
El hecho añade otra capa de complejidad a un conflicto ya de por sí intrincado, destacando la vulnerabilidad de aquellos que intentan documentar y dar voz a las realidades de la vida en Cisjordania.