Macartismo: ¿un eco del pasado en la libertad de expresión en Estados Unidos?

Pero, ¿qué pasa cuando esa libertad se tambalea? La historia, a veces, nos proporciona ecos inquietantes. Un periodista estadounidense, Clay Risen, autor de "Red Scare: blacklists, McCarthyism and the making of modern America", ha explorado un periodo crucial de la historia de su país: la era del Macartismo, en las décadas de 1940 y 1950, una época en la que el miedo al comunismo se convirtió en un arma para silenciar voces disidentes.
Risen, en una entrevista con BBC News Mundo, reflexiona sobre el impacto del miedo en la libertad de expresión durante el periodo del "Temor Rojo". “La Primera Enmienda en Estados Unidos protege tanto la libertad de expresión como la libertad de asociación; y, en teoría, tú puedes criticar abiertamente al país o incluso odiar su política y seguir siendo protegido legalmente,” explica. Sin embargo, durante el Macartismo, esa garantía constitucional se desvaneció para aquellos relacionados con el comunismo, por asociación o simpatía. Se instauró la “culpabilidad por asociación”, un concepto peligroso que se extendió como una sombra sobre la sociedad estadounidense.
La figura de Joseph McCarthy, senador republicano que encabezó la caza de brujas anticomunista, se erige como un símbolo de la opresión. Simultáneamente, la valentía de periodistas como Edward R. Murrow, quien desafió a McCarthy y expuso sus tácticas de intimidación a través de la televisión, resalta la importancia de la prensa libre en la defensa de los derechos civiles. Murrow supo usar las grabaciones de McCarthy tal cual, para que la gente lo viera como era. Le entregó su propia soga para que se ahorcara y mostró al verdadero McCarthy y sus tácticas de intimidación
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Risen traza un paralelo entre la época del Macartismo y la actualidad, señalando casos como el del estudiante palestino Mahmoud Khalil, detenido en Nueva York por expresar sus opiniones políticas. El periodista resalta la peligrosa tendencia a restringir derechos a personas no nacidas en Estados Unidos: una noción que existe de que una persona que no haya nacido en EE.UU. tiene menos derechos y menos protecciones, algo que es falso de acuerdo con la Constitución y con la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Esta idea, resucitada en la actualidad, recuerda los peligrosos precedentes del pasado.
La restricción de acceso a ruedas de prensa para medios que no siguen la línea oficial, los recortes de fondos a medios estatales como la Voz de América y NPR, y las presiones a periodistas, son otros ejemplos que ilustran la fragilidad de la libertad de expresión en la era digital. La autocensura en redes sociales se presenta como un nuevo reto, donde el miedo a represalias silencia las voces críticas.
Risen concluye reflexionando sobre la necesidad de un proceso de verdad y reconciliación en Estados Unidos, similar a los procesos vistos en otros países, para superar los traumas del pasado y prevenir la repetición de errores. La historia, como una lección continua, nos recuerda la importancia de la vigilancia y la defensa activa de los derechos fundamentales.
Un análisis del libro de Risen revela que la amenaza no surge repentinamente como una revolución, sino que se presenta gradualmente, como una crisis latente que se manifiesta a través de una serie de acciones individuales, y la posibilidad de un retroceso en el acceso a las libertades.