Crimen en Oxnard: Exesposo confiesa asesinato de Eudelia González

Su hija de 17 años fue quien reportó la desaparición a las autoridades de Oxnard. La última vez que la vieron, Eudelia se encontraba en una fiesta. Fue ahí donde se encontró con su exesposo, Josefino Cayetano Maldonado, de 45 años, con quien llevaba ocho años separada. A simple vista, parecía una reunión casual entre antiguos cónyuges.
Pero la noche tomó un giro fatal. Tras una discusión en el auto, en la que Maldonado intentó reconciliar su relación y González se negó, la situación se volvió violenta. Según los documentos judiciales, “Maldonado golpeó a González en la cabeza varias veces con una piedra, dejándola incapacitada”. Este acto brutal marcó el comienzo de un macabro plan.
Posteriormente, Maldonado transportó el cuerpo de su exesposa hasta Santa Bárbara. Allí, según la investigación, le colocó una bolsa de plástico en la cabeza, la envolvió con una sudadera y finalmente, arrojó el cuerpo por un terraplén empinado a un costado de la autopista 101. Un acto de crueldad que dejaría a la familia devastada.
Inicialmente, Maldonado negó haber visto a González y aseguró no haber estado en el condado de Ventura. Sin embargo, los registros telefónicos lo ubicaron en la zona durante el momento del crimen. Esta evidencia irrefutable lo llevó a confesar el asesinato y a guiar a los detectives hasta el lugar donde había ocultado el cuerpo.
El 25 de marzo, Maldonado se declaró culpable de asesinato en segundo grado, con el agravante del uso de un arma letal –la piedra utilizada en el ataque–. “Mi esperanza es que esta declaración de culpabilidad… ayude a la familia de la víctima a encontrar el cierre”, declaró Tom Steele, fiscal de distrito adjunto superior.
Maldonado espera su sentencia el 22 de abril en el Tribunal Superior del Condado de Ventura. Se enfrenta a una condena de entre 16 años de prisión y cadena perpetua, de acuerdo con las leyes de California que estipulan una pena de 15 años a cadena perpetua por asesinato en segundo grado, aumentada por el uso de un arma letal.
Actualmente, permanece detenido sin derecho a fianza. La investigación, que involucró a las autoridades de Oxnard y Santa Bárbara, concluyó con la confesión de un crimen que dejó en evidencia una trágica violencia doméstica.