Trump defiende el aumento de precios de autos para fomentar la producción en Estados Unidos

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La economía global es un tablero de ajedrez donde cada movimiento tiene consecuencias impredecibles; un simple cambio en las reglas del juego puede desatar una cascada de efectos, impactando desde las grandes corporaciones hasta el bolsillo de la familia promedio

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Nicol Matuz Scott el 30/03/2025 11:55 AM.
En Internacional y editada el 30/03/2025 11:58 AM.

Esta semana, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó una decisión que ha generado fuertes ondas expansivas en el mercado automotriz: la imposición de un arancel del 25% a la importación de automóviles y camionetas, a partir del 3 de abril. Esta medida, según fuentes cercanas a la Casa Blanca, fue precedida por conversaciones tensas con ejecutivos de la industria automotriz. Se rumorea que Trump los amenazó con represalias si los precios al consumidor se incrementaban.

Sin embargo, en una entrevista con la presentadora de NBC News, Kristen Welker, el mandatario estadounidense ofreció una perspectiva sorprendentemente diferente. "Me importa un bledo," declaró Trump, "Espero que suban sus precios porque si lo hacen, la gente va a comprar autos hechos en Estados Unidos. Estamos repletos." Esta declaración contrasta fuertemente con las preocupaciones expresadas por analistas financieros, quienes prevén un impacto negativo para los consumidores.

Los aranceles, aunque aplicados a autos y camionetas fabricados fuera de Estados Unidos, presentan una excepción para las autopartes provenientes de México y Canadá, gracias al T-MEC (Tratado México, Estados Unidos, Canadá). Pero la incertidumbre se cierne sobre el mercado. Las acciones de las principales empresas automotrices estadounidenses han sufrido, reflejando el temor a la volatilidad del mercado.

El impacto potencial es significativo. Se espera un alza en los precios de los vehículos, lo cual afectaría directamente el poder adquisitivo de los consumidores mexicanos. Además, la cadena de suministro global se verá afectada, con posibles repercusiones en la producción y el empleo, tanto en Estados Unidos como en otros países.

La situación genera interrogantes sobre la estrategia a largo plazo del gobierno estadounidense y sus posibles consecuencias para la economía mundial. El tiempo dirá si la apuesta de Trump por impulsar la industria automotriz nacional a través de aranceles resultará en un éxito o un revés.