Amputación en Subte B: Mujer pierde pierna tras quedar atrapada

El protagonista involuntario de este incidente es una mujer de 41 años, Ángela Molina, de nacionalidad venezolana. Ángela, junto a su hija de 14 años, intentaba abordar un vagón en la estación Medrano cuando ocurrió lo impensable. Según el relato de su esposo, Gregorio, a “Todo el mundo gritaba, pero el subte no se detenía”. La mochila de Ángela quedó atrapada dentro del vagón, mientras ella luchaba por entrar. Las puertas se cerraron, el tren arrancó, y Ángela quedó atrapada, arrastrada varios metros. El resultado: una amputación de pierna y una lucha por su vida en un hospital.
La versión de Emova, la concesionaria del Metro, es que el accidente ocurrió “luego del anuncio sonoro del cierre de puertas”. Señalan la activación de protocolos, la intervención de personal de Emova, bomberos y el SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia). Sin embargo, la declaración de Gregorio contrasta con esta versión, indicando que “no hubo ningún sistema de seguridad que evitara que el subte arrancara”. Él describe una escena aterradora donde su esposa, con la pierna atrapada entre el andén y el tren, miraba la ventanilla abierta del conductor sin que este detuviera la marcha. “Al arrancar, parece que avanzó muy rápido, pienso que debería ir más lento”, afirmó Gregorio.
El caso ha generado indignación y cuestionamientos. Las autoridades investigan lo sucedido, analizando los protocolos de seguridad y la velocidad de arranque del tren. Mientras tanto, Ángela permanece internada, y Gregorio clama por justicia, esperando que este doloroso suceso sirva para prevenir futuras tragedias en el sistema de transporte público.
Más allá de las declaraciones oficiales y las versiones de los afectados, este evento resalta la vulnerabilidad de los usuarios del Metro en situaciones inesperadas, subrayando la necesidad de revisar y mejorar los sistemas de seguridad para evitar que algo así vuelva a ocurrir.