Erupción volcánica en Islandia: Nueva fisura cerca de Grindavík

Aunque la región ha experimentado una serie de erupciones en los últimos meses, este evento presenta características particulares que lo hacen digno de mención. El martes por la mañana, a las 6:30 am hora local, la tierra tembló con más fuerza de lo habitual. No se trataba de un simple sismo, sino el preludio de una erupción volcánica cerca de Grindavik, una población que ya había sido evacuada preventivamente hace un año ante el resurgimiento de la actividad volcánica después de 800 años de inactividad. Las autoridades, en alerta máxima tras un enjambre de terremotos y cambios de presión en pozos geotermales, monitoreados por HS Orka, confirmaron la intrusión de magma.
“Ambas mediciones independientes fueron una clara señal del inicio de una intrusión de magma,” afirmó la Oficina Meteorológica de Islandia (OMI). Imágenes de cámaras web mostraron el impresionante espectáculo: flujos de roca fundida avanzando hacia la comunidad, mientras las sirenas de alerta resonaban por Grindavík. Incluso el famoso balneario geotermal Blue Lagoon, un imán turístico, tuvo que ser evacuado, sumándose a las aproximadamente 40 viviendas evacuadas de Grindavík.
La fisura eruptiva, según la OMI, alcanzó una longitud de aproximadamente 1.200 metros y continuó extendiéndose. Se reportó la ruptura de una tubería de agua caliente en la parte norte de Grindavík, confirmando el impacto de los movimientos de falla. “Esto confirma que se han producido movimientos de falla significativos dentro de la ciudad,” señaló la OMI.
Esta es la octava erupción en la zona desde diciembre de 2023, un dato que, según vulcanólogos, indica que la actividad volcánica en la región ha entrado en una nueva fase. Afortunadamente, hasta el momento, solo se han registrado daños materiales. La situación se mantiene bajo estricta vigilancia, con el nivel de alerta elevado a muy alto.
Islandia, situada en la dorsal mesoatlántica, una zona de encuentro de placas tectónicas, cuenta con 33 sistemas volcánicos activos, más que cualquier otro país europeo. Este hecho convierte a la isla en un laboratorio natural para el estudio de la actividad volcánica, aunque también en un lugar donde la convivencia con la naturaleza implica una constante adaptación y preparación ante eventos como este.