El presidente Donald Trump, conocido por su estilo audaz y decisiones contundentes, ha firmado una serie de órdenes ejecutivas que buscan redefinir la política interior y exterior del país. Su objetivo declarado: ampliar su influencia en diversos sectores, desde el comercio internacional hasta el sistema educativo superior.
Sin embargo, este intento de consolidar su poder se ha encontrado con tres importantes obstáculos:
- El Poder Judicial: El sistema judicial estadounidense, con sus diversas instancias, se ha erigido como un contrapeso fundamental a las iniciativas del presidente. “Lo que es diferente es su capacidad para tener éxito en la búsqueda del poder,” afirma Erica Frantz, profesora de ciencia política en la Universidad Estatal de Michigan. Casos como la deportación de Kilmar Abrego García, cuestionada por la justicia federal, o las medidas sobre la ciudadanía automática, reflejan la resistencia de los tribunales a ciertas políticas presidenciales. La Corte Suprema, con su mayoría conservadora, se perfila como un actor clave en la resolución de estas controversias. La opinión de Frantz resulta clave: “En última instancia, si la Corte Suprema cede, la puerta se abre de par en par para que siga la toma de poder y la democracia decaiga”.
- Las Universidades: El intento de Trump de influir en la agenda de prestigiosas universidades, como Harvard, bajo la justificación de combatir el antisemitismo, ha encontrado una férrea resistencia. La negativa de Harvard a ceder ante las presiones del gobierno, que incluyeron la amenaza de congelar fondos federales, es un ejemplo significativo. “Ningún gobierno —sin importar qué partido esté en el poder— debe dictar qué pueden enseñar las universidades privadas,” declaró Alan Garber, presidente de Harvard, en un comunicado. La reacción de otras instituciones de educación superior, que se pronunciaron en contra de la interferencia gubernamental, indica un rechazo generalizado a las acciones presidenciales.
- El Mercado y la Reserva Federal: Las fluctuaciones del mercado financiero han demostrado ser otro freno importante para las ambiciones de Trump. La suspensión temporal de la guerra comercial, tras las fuertes caídas en las bolsas de valores, y el retroceso en sus críticas a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ilustran la influencia del mercado sobre las decisiones del presidente. “(Trump) es un empresario nato, así que claro que le importa cuando el mercado financiero… le pone el pulgar hacia abajo,” señala Arturo Porzecanski, economista con experiencia en Wall Street. Incluso la decisión de Elon Musk de reducir su participación en el gobierno de Trump, atribuida en parte a las repercusiones financieras de sus actividades políticas, muestra la estrecha relación entre la esfera económica y la política actual.
La situación actual sugiere que el camino para Trump hacia la ampliación de su poder no está exento de desafíos, y que la respuesta de diversos actores sociales e instituciones podría condicionar el desarrollo de su
segundo mandato.
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