Buffett apuesta todo por Berkshire: sucesión, herencia y una fortuna de $168 mil millones en juego

Rumores y especulaciones, las típicas antesalas de un anuncio trascendental, flotaban en el aire.
Fue Warren Buffett, el legendario inversor conocido como el "Oráculo de Omaha", quien rompió el silencio. A sus 94 años, y tras advertir sobre las graves consecuencias globales de las políticas arancelarias de la administración Trump —"El comercio no debería ser un arma," afirmó, enfatizando el daño que la imposición de aranceles genera en la estabilidad mundial— anunció su decisión: dejará el cargo de CEO de Berkshire Hathaway a finales de año.
La noticia, recibida con una ovación de pie por miles de asistentes, cautivó a todos. Ni siquiera sus propios hijos, Howard y Susie Buffett, miembros de la junta directiva, conocían la decisión previamente. El elegido para sucederlo: Greg Abel, quien hasta el momento dirigía las operaciones no aseguradoras de la compañía y se encontraba en el escenario junto a Buffett, aparentemente sin sospechar la magnitud del anuncio.
Si bien Abel ha sido el sucesor designado durante años, la asunción del cargo antes de la muerte de Buffett era algo impensado. El propio Buffett aclaró que, aunque se mantendrá "rondando" para brindar asesoría, la dirección de Berkshire Hathaway estará completamente en manos de Abel. En una entrevista posterior con CNBC, ambos acordaron definir el papel futuro de Buffett en la empresa.
Una de las revelaciones más interesantes fue la decisión de Buffett de mantener su fortuna, estimada en alrededor de $168 mil millones según Forbes, totalmente invertida en Berkshire Hathaway. "No tengo ninguna intención - cero - de vender una sola acción. La dejaré en herencia," declaró, mostrando su confianza en la gestión de Abel y en las perspectivas futuras de la compañía.
Este movimiento estratégico, que contrasta con la habitual imagen de un Buffett anticipándose a los cambios con una visión de futuro casi premonitoria, deja abierta la incógnita sobre cómo administrará Abel la enorme reserva de efectivo de Berkshire y si podrá replicar el éxito del "Oráculo de Omaha". El futuro, sin embargo, ya está en movimiento.