Cardenal Parolin: ¿El próximo Papa? Misterioso mensaje previo al cónclave

Durante la misa "Pro eligendo pontifice", celebrada en la Basílica de San Pedro, un breve intercambio entre cardenales ha capturado la atención mundial. El protagonista: el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano y figura clave en la institución.
El decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Giovanni Battista Re, quien, cabe destacar, no participará en la votación por superar los 80 años, dirigió unas palabras a Parolin durante el rito de la paz. Según se aprecia en un video que se ha viralizado rápidamente, el Cardenal Re le dijo a Parolin, fuera del alcance del micrófono: "Suerte por partida doble".
Este sencillo gesto, captado en un instante, ha desatado una ola de interpretaciones. ¿Se refería el Cardenal Re al rol de Parolin como director del cónclave, o acaso a la posibilidad de que sea elegido Papa?
Parolin, nacido en 1955 en Schiavon, Italia, cuenta con una larga y destacada trayectoria en la Iglesia Católica. Su nombramiento como Secretario de Estado durante el papado de Francisco lo ha situado en el centro del poder vaticano. Su experiencia diplomática, sumada a su juventud (cumple con el requisito de ser menor de 80 años), lo colocan entre los candidatos más fuertes.
La historia personal de Parolin, marcada por la pérdida temprana de su padre y su posterior vocación religiosa a los 14 años, añade una capa de complejidad a su figura. Un camino que lo llevó a la Universidad Gregoriana de Roma y, posteriormente, a una brillante carrera diplomática dentro del Vaticano.
Mientras tanto, otros nombres suenan con fuerza en esta histórica elección. El Cardenal Luis Tagle, de Filipinas, se perfila como un posible primer Papa asiático, mientras que el Cardenal Peter Erdő, de Hungría, representa el ala más conservadora de la Iglesia.
El cónclave, iniciado a las 16:30 hora local, se desarrolla en la Capilla Sixtina. 133 cardenales electores deliberarán y votarán para elegir al sucesor de Francisco. El nuevo Papa deberá enfrentar desafíos importantes: la continuidad del legado de Francisco, la gestión de los escándalos de abusos sexuales, y la unificación de una Iglesia cada vez más polarizada. El resultado, por supuesto, permanece en el misterio, una incertidumbre que envuelve al Vaticano en un velo de expectación.