Ley fiscal de Trump pone en riesgo atención médica de millones de niños latinos

En el centro de la controversia se encuentra una ley, calificada por algunos como “grande y hermosa”, que busca reducir la carga fiscal sobre las grandes corporaciones y los individuos de mayores ingresos. El proyecto, aprobado por la Cámara de Representantes y pendiente de votación en el Senado, contempla un recorte de un billón de dólares en programas de protección social.
Pero ¿quiénes son los afectados por estos recortes? Un nuevo informe, elaborado conjuntamente por UnidosUS, AFL-CIO y First Focus on Children, revela datos alarmantes. Se estima que casi el 45% de los niños en Estados Unidos (34 millones) dependen de Medicaid y SNAP para acceder a atención médica y alimentación. De este total, 14 millones dependen de ambos programas, quedando expuestos a una doble vulnerabilidad ante las posibles reducciones.
“No hay nada en este gran proyecto de ley que sea ‘hermoso’ para los niños,” declaró Bruce Lesley, presidente de First Focus on Children. “Los enormes recortes a Medicaid y SNAP son particularmente graves.” Este punto de vista refuerza la preocupación de muchas organizaciones civiles que ven en la reforma una amenaza directa al bienestar infantil.
El impacto en la comunidad latina es particularmente significativo. Se calcula que el 58% de los niños latinos se benefician de estos programas. Katharine Pichardo, presidenta y CEO de Latino Victory, ha manifestado su preocupación: “Seamos claros: este proyecto no es solo un ataque a nuestros valores como país, lo peor es que lo hace a costa de los más vulnerables.”
La situación se agrava para los niños ciudadanos estadounidenses con padres indocumentados o con estatus migratorio irregular. Se estima que un 12% de los niños estadounidenses (unos nueve millones) tiene al menos un progenitor sin ciudadanía, quedando expuestos a la pérdida de beneficios como Medicaid, SNAP, y las exenciones fiscales para hijos, que pueden ascender a 2.500 dólares por niño. Estos niños, a pesar de ser ciudadanos, se encuentran en una situación de vulnerabilidad exacerbada por el sistema.
El debate no se limita a la cuestión económica. Se trata de una discusión sobre la equidad, la justicia social, y el futuro de las generaciones más jóvenes. Las consecuencias a largo plazo de estas políticas, en términos de salud, desarrollo y oportunidades para los niños, son temas que merecen una atención seria y profunda.
El impacto se extiende más allá de los números. Se proyectan aumentos en la pobreza infantil, retrasos en el desarrollo y un incremento en las enfermedades crónicas prevenibles. La realidad para miles de familias mexicanas en Estados Unidos podría cambiar drásticamente, con consecuencias que se extenderán por años.