Israel aprueba ingreso de ayuda humanitaria al norte de Gaza en medio de tensiones internas

El Gobierno de Israel aprobó la noche del sábado el ingreso de ayuda humanitaria al norte de la Franja de Gaza a través de agencias de la ONU, tras más de cuatro meses de bloqueo total. La medida, que busca aliviar la crisis humanitaria en el enclave palestino y generar condiciones para un posible acuerdo por la liberación de rehenes, ha generado una fuerte polémica dentro del gabinete israelí, particularmente entre los ministros de extrema derecha, quienes acusan al Ejército y al primer ministro Benjamín Netanyahu de permitir que los suministros terminen en manos de Hamás.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder del partido ultraderechista Sionismo Religioso, criticó duramente la decisión. A través de un mensaje en su cuenta oficial de X, acusó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de “facilitar recursos logísticos al enemigo” en plena guerra. Smotrich también responsabilizó al jefe del Estado Mayor de “no cumplir con su misión” y de presionar a la cúpula política para autorizar una ayuda que, según él, fortalece indirectamente a Hamás en detrimento de los objetivos militares de Israel.
La autorización llega tras la visita del subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Carl Skau, quien propuso establecer un corredor humanitario mediante los pasos de Netzarim y Erez. Skau señaló que el PMA está preparado para introducir entre 500 y 600 camiones diarios una vez que obtenga el visto bueno de las autoridades israelíes. Por ahora, solo un centenar de camiones diarios ha sido aprobado, aunque aún se desconoce el inicio de las operaciones.
Desde el inicio del bloqueo, el 2 de marzo, la única ayuda que ingresó a Gaza provino de la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), con distribución controlada por el Ejército israelí. Según informes, al menos 751 civiles palestinos han muerto en estos puntos por ataques israelíes, incluyendo ocho en las últimas 24 horas. La nueva medida, aunque humanitariamente relevante, expone la fractura dentro del liderazgo israelí entre las prioridades militares y la presión internacional por aliviar el sufrimiento civil en Gaza.