Trump descarta amnistía y apuesta por beneficiarios de Medicaid para campos agrícolas

La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, fue contundente durante una declaración frente a la Casa Blanca: "Tenemos 34 millones de adultos capacitados en el programa Medicaid. Hay suficientes trabajadores en Estados Unidos". La funcionaria insistió en que la prioridad es "transicionar hacia una fuerza laboral 100% estadounidense", ya sea mediante la automatización o incentivando a ciudadanos a dejar programas de asistencia social.

Pero los defensores de los trabajadores agrícolas no se tragan el discurso. Antonio De Loera, portavoz del sindicato United Farm Workers (UFW), lo tiene claro: "Los campos no son un lugar donde cualquiera puede llegar y trabajar. ¿Sabes cosechar sin dañar los alimentos? Esta fuerza laboral lleva décadas especializándose".

Detrás de la polémica hay cifras que duelen:

• Más del 50% de los trabajadores agrícolas en EE.UU. son indocumentados.
• El sector enfrenta una escasez crónica de mano de obra que podría paralizar cosechas.
• El programa H-2A (trabajadores temporales extranjeros) ha crecido un 72% bajo la actual administración.

Mientras el gobierno habla de deportaciones "estratégicas", el UFW presiona por la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola, una iniciativa bipartidista que daría estatus legal a quienes llevan años alimentando al país. "Si trabajas para alimentar a Estados Unidos, mereces quedarte sin miedo", remata De Loera.

Lo irónico: mientras rechazan regularizar a quienes ya están, amplían los visados temporales. Un juego político donde los únicos que pierden —como siempre— son los brazos que recogen los tomates que llegan a cada mesa.

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