Tormenta política en fiscalía de Nueva Jersey: acusaciones y éxodo de fiscales

El caso más reciente que ha encendido las alarmas involucra a Eliyahu Weinstein, un convicto por fraude cuyo indulto presidencial no impidió que volviera a ser procesado. Según fuentes cercanas al caso, Alina Habba accedió a una reunión privada con los abogados defensores de Weinstein—excluyendo a los fiscales asignados—para discutir una posible reducción de pena. "Es inusual, por no decir irregular", comentó un exfuncionario del Departamento de Justicia bajo condición de anonimato.
Pero esto es solo la punta del iceberg. Desde su llegada, Habba ha:
Detrás de escena, la oficina vive un éxodo silencioso. 16 fiscales han solicitado traslados o renunciado desde febrero, según confirmaron tres fuentes. Aunque Habba logró autorización para 20 nuevas contrataciones, muchos ven esto como un intento de repoblar el lugar con lealtades incondicionales.
El martes vence su nombramiento interino. Los jueces federales del distrito se reunirán para decidir si la mantienen, pero incluso sus aliados reconocen que las posibilidades son escasas. "Los senadores demócratas ya anunciaron que bloquearán su confirmación permanente", recordó un asesor legislativo.
Mientras tanto, en los pasillos del edificio federal de Newark cuelgan tres retratos de Habba en la sala de conferencias Frederick B. Lacey—un guiño narcisista que resume su breve y turbulento paso por el cargo.