ICE acelera reclutamiento con requisitos flexibles y menos entrenamiento

Detrás de esta expansión hay cifras que hablan por sí solas. El Congreso destinó 76.500 millones de dólares —un aumento histórico— para financiar equipamiento táctico, bonos de reclutamiento y una nueva generación de agentes. Según documentos internos, el objetivo es sumar 10.000 efectivos antes de diciembre, una meta que ya ha generado polémica por los cambios en los requisitos:
En paralelo, las tácticas operativas dan un giro hacia el perfil militarizado. Los nuevos agentes reciben cascos antidisturbios, máscaras antigás y entrenamiento en escenarios de "alto riesgo". Un manual obtenido por este medio detalla protocolos para:
Mientras tanto, en las calles de ciudades como Phoenix o El Paso, los equipos de respuesta especial ya operan con vehículos blindados y chalecos con placas ocultas —una práctica que el director en funciones Todd Lyons defiende como "protección necesaria" ante las amenazas digitales y físicas contra sus agentes.
El verdadero desafío, según analistas consultados, será equilibrar esta expansión acelerada con los controles internos. Históricamente, agencias como la CBP registraron índices de corrupción un 40% más altos durante sus periodos de crecimiento rápido. Aunque el ICE insiste en que aplicará "filtros rigurosos", los primeros 450 agentes entrenados bajo este nuevo modelo ya están desplegados en 12 estados fronterizos.