Donald Trump, presidente de Estados Unidos, acaba de firmar un memorándum ejecutivo que revive la pena de muerte en el Distrito de Columbia. La medida, dirigida al Departamento de Justicia, autoriza a los fiscales federales a solicitar la máxima pena para homicidios y "otros delitos graves", aunque el texto no especifica cuáles. "Si matas a alguien, si matas a un agente de policía, pagarás con tu vida", declaró Trump durante la firma.
Los antecedentes no pintan un escenario favorable para esta política:
- En 1972, el Tribunal Supremo anuló las ejecuciones en DC.
- En 1981, el ayuntamiento local las abolió formalmente.
- En 1992, 67% de los capitalinos votaron en contra en un referéndum.
Esta decisión llega apenas seis semanas después de que Trump tomara el control de la Policía Metropolitana y desplegara fuerzas federales en las calles. "La gente viene a ver el Monumento a Lincoln y termina asesinada. Eso se acabó", afirmó el mandatario, vinculando la medida con su discurso de "ley y orden".
Mientras los equipos jurídicos analizan las implicaciones legales, organizaciones civiles preparan batallas judiciales. La sombra de la silla eléctrica vuelve a proyectarse sobre una ciudad que creyó haberla dejado atrás.
