La diputada federal María Elena Pérez-Jaén ha desatado una tormenta política al presentar ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la FGR nada menos que 28 denuncias en contra de Javier May. ¿El motivo? Irregularidades en el manejo de ¡3 mil 226 millones de pesos! Un golpe certero que pone al candidato de Morena al gobierno de Tabasco bajo el implacable escrutinio de la justicia.
Este drama político tiene antecedentes. Pérez-Jaén ya había señalado a May por malos manejos en el programa Sembrando Vida. Pero ahora va más allá, evidenciando supuestas irregularidades en programas de la Secretaría de Bienestar, así como en la dirección de Fonatur-Tren Maya. Son denuncias que claman por respuestas, por justicia.
La diputada no escatima en acusaciones. Afirma que May no ha podido aclarar las millonarias irregularidades y, sin embargo, se alza como candidato. Es un grito de indignación frente a la impunidad que parece permear ciertos círculos políticos.
Pérez-Jaén clama por acción. Señala que el ministerio público tiene en sus manos las pruebas, pero la justicia no avanza. Denuncia que el órgano autónomo parece más un adorno que un defensor del pueblo.
Pero las sombras de la corrupción se alargan aún más. Pérez-Jaén revela pagos indebidos, contratos duplicados y empresas sin experiencia, todo en la construcción del sistema ferroviario del Tren Maya. Es un relato que pone en entredicho la integridad y la seguridad de un proyecto crucial para el país.
La diputada no se detiene. Ratifica una denuncia previa contra el exministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Acusa presiones a jueces y magistrados, influencias que habrían menoscabado la autonomía judicial y violado el derecho al debido proceso.
Son revelaciones que sacuden los cimientos de la política y la justicia en México. Es un drama en el que cada denuncia es un acto de valentía, cada acusación una luz en la oscuridad de la corrupción. Pero ¿serán escuchadas estas voces? ¿Se hará justicia? El destino de la nación pende de un hilo.