El alcalde con licencia de Huitzilac, Rafael Vargas Muñoz, anunció con pesar que la localidad estaba sumida en luto tras un nuevo episodio de violencia que sacudió al municipio. El sábado, alrededor de las diez de la noche, se reportó una nueva ejecución en un local de comida cercano a la autopista, dejando un saldo trágico de ocho personas fallecidas.
El incidente, captado por una cámara de seguridad, muestra el momento en que una camioneta oscura y un Tsuru blanco llegan al lugar. Los ocupantes de ambos vehículos abren fuego directamente contra los hombres que se encontraban en el establecimiento, causando que cayeran al suelo en cuestión de segundos. Los agresores continuaron disparando incluso cuando las víctimas yacían en el suelo, mientras que los clientes de un puesto de tacos cercano se arrojaron al suelo para protegerse.
Este lamentable suceso se suma a una serie de episodios violentos que han sacudido a Huitzilac en fechas recientes. El 1 de mayo, dos personas fueron ejecutadas en el área de alimentos de Tres Marías, mientras que el 9 de mayo el director de la policía municipal fue víctima de un atentado en pleno centro del municipio. Además, el 10 de mayo, un líder delincuencial identificado como El Criminal fue abatido junto a dos acompañantes en un incidente ocurrido en la calle Cuauhtémoc de Tres Marías.
Estos acontecimientos se suman a una ola de violencia que ha afectado a Huitzilac en los últimos meses, con secuestros de turistas y asaltos en el tramo entre la Ciudad de México y La Pera. A pesar de la presencia de fuerzas federales en la zona, la situación continúa siendo preocupante, como lo señala el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro, quien advierte sobre la peligrosidad de transitar por Huitzilac después de ciertas horas.
La escalada de violencia en Huitzilac se atribuye al intento de La Familia Michoacana de expandir su dominio sobre actividades criminales en la zona, lo que ha desencadenado enfrentamientos entre grupos delictivos locales y células enviadas por esta organización criminal. Mientras tanto, tanto el alcalde como el gobernador con licencia parecen estar más preocupados por sus propias agendas políticas que por contener la violencia que ha enlutado a Huitzilac y al resto del estado de Morelos.