Unos días después, la noticia se convirtió en un alivio: los policías fueron encontrados sanos y salvos, tras una intensa búsqueda que involucró a autoridades federales y estatales.
Se dice fácil, pero el operativo de búsqueda duró casi 60 horas. Personal del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Guardia Civil y la Fiscalía General del Estado rastrearon cada rincón, movidos por la urgencia de encontrar a los siete agentes. El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, se pronunció en redes sociales, agradeciendo el trabajo de los equipos de búsqueda y confirmando la localización de los policías.
"Reiteramos nuestro compromiso de trabajar de manera conjunta con las comunidades con autogobierno, siempre en el marco del respeto y la colaboración", escribió el gobernador.
La desaparición de los policías provocó una oleada de incertidumbre y preocupación en la zona, especialmente en las localidades de La Cantera y Tarecuato, donde fueron incendiados cuatro vehículos y bloqueada la circulación como protesta por la falta de información.
La hermana de uno de los desaparecidos, en entrevista con medios, aseguró que no se recibieron amenazas previas a la desaparición, lo cual añade un misterio a este caso. Las autoridades locales realizaron un operativo de búsqueda que incluyó patrullajes terrestres y aéreos, y se activaron las alertas de búsqueda de los desaparecidos.
¿Qué sucedió en esos días de incertidumbre? ¿Qué motivó la desaparición de los policías? La respuesta, por ahora, se esconde entre las sombras.