El caso de Camila, la pequeña de 8 años que fue asesinada en Taxco, Guerrero, sigue conmoviendo al país. La tragedia, que comenzó con un secuestro presuntamente orquestado por Ana Rosa, una amiga de la madre de Camila, culminó con un linchamiento por parte de la población enardecida.
La investigación reveló que Ana Rosa, junto con sus hijos, habría mantenido a Camila cautiva en su domicilio. La niña, quien había ido a jugar con los vecinos a una alberca, fue vista por última vez siendo sacada de la vivienda en una bolsa negra.
Las redes sociales fueron el escenario donde se difundieron videos y fotografías que mostraban a Ana Rosa y sus hijos, quienes eran señalados como los responsables del secuestro. La furia de la población se desató y, sin esperar a la justicia, decidieron tomar la ley en sus manos.
Ana Rosa, víctima de la ira de la multitud, murió a causa de las heridas recibidas durante el linchamiento. Sus hijos, acusados de coautoría en el secuestro y asesinato de Camila, también fueron señalados por la justicia.
Un juez de enjuiciamiento penal dictó sentencia a Juan Alfredo “N”, uno de los hijos de Ana Rosa, condenándolo a cinco años de prisión por el delito de feminicidio. El juez consideró que Juan Alfredo, a pesar de ser menor de edad, tuvo participación en el crimen.
La sentencia para Juan Alfredo “N” fue emitida en el Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes del Estado (Cema), en Chilpancingo, donde deberá cumplir su condena. El caso de Camila, en el que se mezclan la tragedia, la furia popular y la aplicación de la justicia, sigue siendo un tema de debate en México.