La pieza clave de este rompecabezas: el voto del senador panista Yunes Márquez, quien, según el propio Andrés Manuel López Obrador, no cedió a ningún trato o negociación. “No se negoció nada absolutamente, nada”, aseguró el presidente, desechando las especulaciones sobre un posible acuerdo con Yunes Márquez.
"Creen que somos iguales a ellos", afirmó, rechazando de plano cualquier insinuación de corrupción en su movimiento. “Él es un político y consideró que era conveniente actuar de esa manera, y no necesariamente estaba a cambio una cantidad de dinero o una amenaza”, aseguró el mandatario.
Las palabras del presidente han abierto un nuevo frente en la discusión sobre la transparencia en el ámbito político. El peso del voto de Yunes Márquez y las declaraciones de López Obrador ponen en la mesa la ética y la posible influencia del poder en las decisiones de los legisladores.
Si bien el presidente se muestra satisfecho con la aprobación de la reforma, reconociendo su importancia para el país, la atención se traslada ahora al proceso de ratificación en los congresos estatales. El futuro de la reforma y su impacto en el escenario político nacional se definen en este nuevo capítulo de la historia. El debate sobre la transparencia, la ética y el peso de las decisiones individuales en la política mexicana continúa abierto.