A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las calles se convierten en ríos cada vez más seguido, dejando un rastro de caos y frustración. ¿Por qué se está inundando la ciudad? La respuesta parece estar en un complejo conjunto de factores, desde la ubicación geográfica hasta las prácticas humanas.
Un estudio de la UNAM reveló que la CDMX se encuentra en la Cuenca del Valle de México, una zona naturalmente propensa a la concentración de lluvias. Las montañas que rodean la ciudad actúan como embudos, canalizando las precipitaciones hacia las áreas habitadas. A esto se suma la acumulación de basura en los sistemas de drenaje, lo que obstruye el flujo del agua y provoca su estancamiento en las calles.
Pero este año, el problema parece haberse agudizado. David Adams, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, confirmó que las lluvias de 2024 se han intensificado y se han retrasado en comparación con años anteriores. “Este año en particular empezaron más tarde las lluvias. Generalmente a principios de mayo y comienzos de junio en esta región comienza a llover con más frecuencia”, explicó el doctor en Ciencias Atmosféricas.
El inicio tardío de las lluvias, sumado a su mayor intensidad, ha generado una acumulación de agua que desborda la capacidad de los sistemas de drenaje. La situación se ha agravado por fenómenos como el “monzón”, que produce un cambio drástico en las condiciones climáticas, y “el niño”, un evento que se genera cada cierto tiempo por el calentamiento del océano Pacífico.
El aumento de las inundaciones en la Ciudad de México nos recuerda la fragilidad de la ciudad ante los eventos climáticos extremos. La respuesta a este problema no es simple, y requiere una combinación de acciones que involucren a autoridades, instituciones y ciudadanos.