Esta reforma, que contó con el apoyo unánime de todos los grupos parlamentarios, busca garantizar que el poder adquisitivo de los trabajadores no se vea afectado por el aumento en los precios.
De acuerdo con la reforma, el salario mínimo en la zona libre se fijará en al menos 249 pesos diarios, mientras que en la frontera norte será de 374 pesos diarios. El dictamen puntualiza que en todos los casos "el salario mínimo nunca estará por debajo de la inflación observada durante el período de su vigencia".
Pero esto no es todo. La reforma también establece que el salario mensual de las maestras y maestros, policías, guardias nacionales, integrantes de la fuerza Armada permanente, médicos y enfermeras, no podrá ser inferior al promedio registrado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Esta reforma histórica podría tener un impacto significativo en la vida de millones de mexicanos, mejorando su calidad de vida y permitiéndoles acceder a una mayor seguridad económica.
Sin embargo, la oposición planteó algunas reservas, incluyendo la petición de que se reconociera su participación en la propuesta de reformas similares en años anteriores. Estas reservas fueron rechazadas.