Decenas de trabajadores del Poder Judicial, estudiantes de derecho y abogados se congregaron frente al Monumento a la Revolución para expresar su rechazo a la reciente reforma judicial, la cual consideran un golpe a la independencia del sistema judicial.
Con el grito de “¡Arriba la justicia, abajo la reforma!”, los manifestantes denunciaron que la reforma, aprobada por el Senado el 11 de septiembre, pone en riesgo el estado de derecho en México. La medida, que busca democratizar el poder judicial, implica la elección popular de más de 1,600 cargos, una medida que, según los manifestantes, abre la puerta a la politización del sistema judicial.
"Esta reforma desmantela una estructura que se había construido durante décadas", lamentó Armando Salinas, uno de los trabajadores del Poder Judicial presentes. "Estamos en un estado de confusión sobre nuestras funciones, sobre el futuro de nuestra carrera", añadió.
El descontento no se limita a los trabajadores del Poder Judicial. Estudiantes de derecho de universidades como la UNAM, la Iberoamericana y el Tecnológico de Monterrey también se unieron a la protesta. María Santoyo, una estudiante de la Ibero, expresó su desilusión y desamparo. "La reforma crea un ambiente de incertidumbre para quienes aspiran a carreras en el ámbito judicial. En lugar de avanzar hacia la democracia y la paz, estamos retrocediendo en la protección de los principios fundamentales de la Constitución", argumentó.
Santoyo también criticó la reforma como un ataque a la división de poderes, instando a la nueva presidenta a actuar en beneficio de la ciudadanía en lugar de los intereses de un partido político.
La voz de los estudiantes refleja un amplio descontento entre las nuevas generaciones que buscan un sistema judicial basado en la meritocracia y la preparación. La protesta no es un evento aislado, sino una muestra del sentir de un sector que teme por el futuro de la justicia en México.