La alimentación, en particular, juega un rol crucial en este proceso. La lactancia materna, reconocida como la mejor opción para el bienestar de los niños y niñas, es un pilar fundamental en este desarrollo. Sin embargo, en México, la práctica de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, a pesar de sus innumerables beneficios, enfrenta una realidad preocupante: una disminución alarmante.
Esta situación se debe a una compleja interacción de factores que van desde el ámbito individual hasta el institucional. La Dra. Florencia Fernández, especialista en lactancia materna y alimentación infantil, señala que una de las principales dificultades que enfrentan las madres es la reincorporación al trabajo. La falta de políticas laborales que fomenten la lactancia y la mercadotecnia no regulada de sucedáneos de leche materna representan obstáculos significativos.
La información y consejería inadecuada en los servicios de salud sobre cuidados maternos, destete y prácticas de alimentación complementaria también juegan un papel crucial en la disminución de la lactancia materna.
La Dra. Mónica Arely Trejo Cortés, médico pediatra, especialista en Actividad Física Infantil, destaca que la lactancia materna no solo impacta en la salud física de los niños, sino que también reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil, y disminuye la probabilidad de padecer diabetes mellitus en la edad adulta.
Es alarmante que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2022), en México más del 65% de los niños y niñas no cumplen con las recomendaciones de actividad física para su edad y pasan más de dos horas diarias frente a dispositivos electrónicos. Estos datos reflejan una realidad preocupante: la falta de prevención temprana y las tasas bajas de lactancia materna son factores determinantes en la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil que enfrenta el país.