La percepción de inseguridad entre sus habitantes ha alcanzado niveles alarmantes, situándola en el primer lugar a nivel nacional según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).
El 91.9% de los tapachultecos consideran que la ciudad es insegura, un reflejo de la realidad que viven día a día. El crimen organizado se ha instalado en la zona, controlando el tráfico de drogas y personas desde Suramérica, generando un clima de violencia e incertidumbre.
"Últimamente matan gente hasta en el centro, ya sea balazos, a machetazos, ya sea acuchilladas, y no solo en el centro, sino en todos los alrededores y colonias", afirmó Roberto Alejandro García, representante de los empresarios del Sendero Peatonal en Tapachula.
La situación es tan grave que se registran muertes diarias en la ciudad, sin que las autoridades logren contener la ola de violencia. El número de policías ha permanecido igual durante los últimos 20 años, a pesar del crecimiento de la ciudad y la escalada delictiva. Esto ha sido calificado como una "irresponsabilidad" del gobierno estatal y federal.
El flujo migratorio irregular, que ha crecido exponencialmente en los últimos años, también es un factor que contribuye a la inseguridad. Tapachula concentra el 60% de los migrantes en México, lo que ha propiciado el auge de la extorsión, el tráfico de drogas y la trata de personas.
"Todas las bandas del norte se vinieron a operar a Tapachula, yo no sé si no hay autoridad que marque un alto", señaló Teodoro Vázquez Castillo, secretario general de la Federación Obrera Revolucionaria del Estado de Chiapas.
La crisis de inseguridad en Tapachula es compleja, con diferentes actores involucrados. Las autoridades deben actuar con mayor determinación para garantizar la seguridad de los ciudadanos, detener la violencia y controlar el flujo migratorio.