Mientras la alegría de las fiestas llenaba las calles empedradas, un tiroteo en la colonia San Martín resonó en la tarde, convirtiendo un día de celebración en una escena de tragedia.
El lugar del ataque: un anexo, un espacio que busca brindar apoyo a personas con adicciones. Un lugar que, por desgracia, se transformó en un campo de batalla. El saldo: tres personas sin vida y dos heridos de gravedad que fueron trasladados de emergencia a un hospital. La escena, teñida de sangre y dolor, se convirtió en un recordatorio de la realidad que azota a México: la violencia se ha convertido en un fantasma que acecha a la sociedad.
Las autoridades, incluyendo la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de San Miguel de Allende, se movilizaron rápidamente para asegurar el área y comenzar la investigación. Las primeras indagatorias revelaron que el anexo operaba de manera irregular, sin contar con los permisos necesarios para su funcionamiento. Este hallazgo puso en evidencia la vulnerabilidad de estos espacios, que buscan ayudar a personas en situaciones difíciles, pero que a menudo operan sin las medidas de seguridad adecuadas.
El gobierno de Guanajuato, tras este lamentable suceso, anunció un plan de acción para reforzar las operaciones conjuntas con el fin de identificar y clausurar establecimientos irregulares, como el anexo donde ocurrió el ataque. La intención: garantizar que estos lugares operen bajo las normativas y medidas de seguridad necesarias para brindar un espacio seguro a las personas que buscan una segunda oportunidad.