Imagina que te despiertas un día y descubres que tu pensión ya no alcanza para cubrir tus necesidades básicas. Los precios de los alimentos, la gasolina, la renta, todo se ha disparado, pero tu pensión se quedó estancada en el tiempo.
¿Te imaginas esa situación? Para evitar que esto se convierta en una realidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene un mecanismo crucial: el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
El INPC es como una brújula que nos indica cuánto suben los precios de los productos y servicios que usamos en nuestro día a día. La ley que regula la relación entre el INPC y las pensiones se encuentra en el artículo décimo primero transitorio del Decreto que reforma diversas disposiciones de la Ley del Seguro Social (LSS), publicado en el Diario Oficial de la Federación el 20 de diciembre de 2001.
En este artículo, se establece que las pensiones por invalidez otorgadas antes del 30 de junio de 1997 deben actualizarse cada año, tomando como referencia el INPC. En teoría, este mecanismo garantiza que tu pensión no pierda valor frente a la inflación, pero la realidad es que las cosas no siempre funcionan como deberían.
Es fundamental que los pensionados estén al tanto de cómo funciona el INPC y cómo afecta a sus ingresos. Conocer sus derechos y cómo defenderlos es vital para asegurar su bienestar y tranquilidad en el futuro.