La tarde se tornaba gris en la Ciudad de México, con la densidad habitual del tráfico en el Viaducto Río de la Piedad. La gente se movía en sus autos, buscando llegar a sus destinos, sin imaginar la tragedia que se estaba gestando en medio del asfalto
De pronto, el silencio se apoderó del ambiente. Un fuerte golpe resonó, seguido de un frenar brusco que sacudió a los vehículos cercanos. Los conductores, incrédulos, observaban lo que sucedía. Un cuerpo yacía inerte en el asfalto, mientras un auto, detenido a un costado, mostraba daños considerables en su parte frontal.
Según la Fiscalía de la CDMX, la víctima, cuyo nombre aún no se ha revelado, fue atropellada en los carriles centrales del Viaducto, a la altura de Marcos Carrillo.
Los peritos especializados en el levantamiento del cuerpo se presentaron en la escena, mientras que agentes de tránsito iniciaron las investigaciones para determinar las causas del accidente y la identidad del conductor responsable.