La mañana transcurría con la usual rutina en la colonia Lázaro Cárdenas. El sol de la mañana se filtraba por las calles, y en el Oxxo de la esquina, los empleados se alistaban para la jornada. En un abrir y cerrar de ojos, la tranquilidad se vio interrumpida por un estruendo que sacudió la zona. Un fuerte impacto resonó en el aire, seguido de un clamor de sorpresa.
Una camioneta Dodge RAM de modelo antiguo, del año 1985, había irrumpido en la tienda, dejando tras de sí un escenario de caos y destrucción. Isabel Morales Herrera, la conductora, relataba conmocionada el momento: "Fui a comprar aceite para la transmisión. Venía bien, y de repente me quedé sin frenos en la curva, justo en la bajada por la pendiente. Le pisaba, pero no respondía. En ese momento, me agaché y dejé que el volante se fuera; ya no había control cuando choqué con la banqueta."
La camioneta, sin posibilidad de detenerse, había descendido velozmente por la calle Culebra, atravesando la puerta de vidrio del Oxxo como si fuera papel. El impacto destrozó estanterías, hieleras y productos, creando una escena de desorden y confusión.
La cajera, en shock, recibió atención de los elementos de Protección Civil de Santa Catarina que llegaron al lugar minutos después. Afortunadamente, no hubo heridos, solo un susto generalizado entre los empleados y la conductora.
Isabel Morales Herrera manifestó su alivio: "Afortunadamente, no me pasó nada, y nadie en el Oxxo estaba cerca del impacto. Las vendedoras y todos ahí están bien; solo fue el susto. Gracias a Dios, no pasó a mayores. Ahora, solo espero al seguro para que se haga responsable de los daños; yo no me voy a ir, porque tengo que asumir lo que pasó."
En el lugar, ajustadores de seguros y personal del corporativo evaluaron los daños, mientras una grúa aseguraba la camioneta, que había quedado incrustada en el local. La escena quedó como testimonio de un evento inesperado, un recordatorio de la fragilidad de la seguridad y la suerte que acompañó a todos los involucrados.