El silencio de la tierra arde con la ausencia de 16 miembros de una familia de comerciantes, quienes desaparecieron sin dejar rastro el pasado 21 de octubre en Chilpancingo, Guerrero. Mujeres y menores de edad se encontraban entre los desaparecidos, una situación que conmocionó a la comunidad y desató una búsqueda desesperada por parte de las autoridades.
La esperanza se desvaneció cuando 11 cuerpos sin vida fueron encontrados el 6 de noviembre en el puente Vicente Guerrero, muy cerca del popular parador de Marqués. La FGE de Guerrero, tras largas horas de angustia, confirmó la identificación de los cadáveres, confirmando el peor temor de la familia Barrera Millán.
En medio del dolor, María del Socorro, la madre de los comerciantes desaparecidos, clamó por justicia y exigió la aparición de sus tres hijos restantes: Marco Antonio, de 31 años; Javier, de 24; y Pedro Ismael, de 22. La mujer, con una fila de féretros en su espalda, imploró a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, que no dejara el caso cerrado y que se intensificaran las investigaciones para encontrar a sus hijos.
"Ellos eran comerciantes de trastes de aluminio, no andaban haciendo otras cosas. Por eso yo a la presidenta yo ese favor le pido: que no nos vayan a cerrar el caso… Tenían 10 años ya vendiendo trastes", afirmó María del Socorro, con la voz entrecortada por el dolor y la desesperación.
La FGE de Guerrero, en colaboración con autoridades federales y estatales, continúa con las operaciones de inteligencia y campo para la pronta ubicación de los tres hermanos de María del Socorro que aún se encuentran desaparecidos. La familia, sumida en la tristeza, espera que la justicia prevalezca y que la búsqueda de sus seres queridos no termine hasta encontrarlos, vivos o muertos.