“Las absurdas guerras deben detenerse. Para eso sirve la política, y aquí nos sentamos para hacer política, para construir la paz y proteger a los desprotegidos”, afirmó.
Durante su discurso, Sheinbaum destacó los avances en México hacia la inclusión y la igualdad, mencionando las recientes reformas constitucionales que buscan fortalecer la democracia. Entre estas reformas se encuentra la elección por voto popular de los representantes del Poder Judicial, así como el reconocimiento de la igualdad sustantiva de las mujeres y los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos. “Desde nuestra perspectiva, es mejor promover la inclusión y la democracia en todos los ámbitos de la vida pública. Eso sí es libertad”, subrayó.
La presidenta también abordó la necesidad de elevar estos principios a un nivel internacional, instando a los asistentes a construir una paz duradera que excluya cualquier forma de discriminación. “Vivimos en una era de profundos desafíos, especialmente en lo que respecta al medio ambiente y la justicia social”, agregó, señalando que el actual orden internacional ha perdido eficacia para abordar las crisis globales.
Sheinbaum hizo hincapié en que el sistema multilateral y el respeto al derecho internacional requieren una revitalización. “Las guerras en Oriente Medio y en Ucrania son una muestra tangible de ello. Debemos insistir en que la economía de la destrucción no lleva a ningún lado”, expresó con firmeza.
Además, cuestionó la noción de que la libertad se limita al mercado, afirmando que “la libertad para morir de hambre no es libertad, es deshumanización”. En este sentido, destacó que los pueblos tienen derechos fundamentales que deben ser garantizados por el Estado, tales como la paz, la alimentación, la educación y la salud.
Finalmente, Sheinbaum subrayó que el G20 tiene el potencial de contribuir a una reforma de la gobernanza global que sea más representativa y democrática. Recordó que en 2023 se presentó una propuesta para reformar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, buscando ampliar la representación de regiones históricamente marginadas. “Esto corresponde a la inclusión y al reconocimiento de naciones como iguales, lo que es esencial para alcanzar soluciones efectivas para la paz”, concluyó.