La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, durante su conferencia matutina, presentó datos que muestran una considerable variación en los precios. En el caso de las tortillas, se observaron precios que van desde los 13 pesos por kilogramo en Puebla hasta los 32 pesos en Hermosillo. Similar disparidad se evidenció en el precio de las gasolinas, con fluctuaciones significativas entre regiones y marcas.
Sin embargo, la falta de un análisis contextual es donde radica la principal crítica. Mientras el gobierno presenta estas cifras como un ejercicio de transparencia, la realidad es que se omitieron datos cruciales. "¿Se trata solo de oferta y demanda, o hay algo más?", se preguntan muchos analistas. La ausencia de información sobre costos de producción, márgenes de ganancia de las empresas y la cadena de distribución genera un vacío informativo.
La metodología empleada también ha levantado suspicacias. El gobierno utiliza un sistema de “palomitas” y “tachas” para destacar los precios más bajos y los más altos, respectivamente. Este enfoque, considerado por algunos como simplista y con una clara carga política, recuerda las prácticas de la administración anterior. Se echa de menos un análisis más profundo, con datos que permitan entender a cabalidad las razones detrás de estas variaciones.
La presentación carece de una contextualización adecuada. Se ignoran factores fundamentales como:
- El impacto de la inflación general.
- Las políticas económicas del gobierno.
- El efecto de subsidios o impuestos.
- Los costos de transporte y distribución.