El espectáculo comenzó puntualmente a las 17:20 horas. Tatiana, "La Reina de los Niños", irrumpió en escena con su característico carisma, acompañada de un grupo de bailarines sincronizados. El concierto no se limitó a sus éxitos clásicos; la velada incluyó un medley de sus temas más conocidos como "El Patio de mi Casa", "Estrellita" y "Pin Pon", este último con la aparición de sus entrañables personajes.
La cantante saludó efusivamente a su público: “Hola ¿Cómo están? No saben la emoción que me da de regresar aquí, aunque no lo crean es mi Arena (Monterrey), número 22, estoy bien contenta de ver a todos aquí reunidos”. Luego de esta cálida bienvenida, la presentación continuó con la energía contagiosa de “La Patita Lulú” y el rockero "Pelos", dos de sus personajes más queridos, creando una atmósfera inolvidable para los más pequeños.
Uno de los momentos más memorables fue la interpretación de "No me quiero bañar". La canción cobró vida con la aparición de gigantescas redes llenas de globos que descendían del techo, creando un efecto de burbujas de jabón que desató la alegría de los asistentes.
Pero la verdadera sorpresa llegó con la transformación del espectáculo hacia una celebración navideña. A diez días de la Navidad, Tatiana cambió su vestuario por un atuendo navideño y presentó un repertorio de clásicos como "Rodolfo el Reno", "Frosty" y "Un Arbolito de Navidad". El clímax fue un medley de villancicos en el que, con la ayuda de un elevador y sus bailarines, Tatiana ascendió a las alturas, convertida en una estrella viviente con un imponente pino navideño como falda.
La magia se intensificó con la llegada de Santa Claus, quien descendió en un trineo desde las alturas para cantar junto a Tatiana “Mamacita, ¿Dónde está Santa Claus?”. Y como si fuera poco, la celebración incluyó una sorpresa muy especial: el pasado 12 de diciembre Tatiana cumplió años, y su equipo la sorprendió con una serenata de “Las Mañanitas” y un pastel en pleno escenario.
El concierto, que duró aproximadamente dos horas, fue una experiencia inolvidable, un recuerdo imborrable para los pequeños y un viaje nostálgico para los adultos que crecieron con la música de Tatiana.