Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, durante su conferencia matutina del 17 de diciembre de 2024, abordó este complejo panorama. Sus declaraciones ofrecen una visión alternativa a la narrativa impuesta por algunos, principalmente a la del expresidente Donald Trump y su insistencia en la construcción de un muro fronterizo más grande.
Sheinbaum desmintió categóricamente la necesidad de una barrera física mayor, afirmando que "la solución no reside en muros, sino en puentes". Como ejemplo, recordó la anécdota relatada por el expresidente López Obrador a Trump: un túnel utilizado tanto para el tráfico de drogas como para el paso de migrantes. Una evidencia tangible de la ineficacia de una solución basada únicamente en la construcción de muros, según el gobierno mexicano.
El enfoque del gobierno mexicano, explicó la mandataria, se centra en la atención humanitaria a los migrantes antes de que lleguen a la frontera norte. Se busca reducir la necesidad de migración irregular, atendiendo las causas fundamentales del problema. Esto se contrapone diametralmente a la política de "tolerancia cero" y la propuesta de un muro gigantesco de Trump, quien, según Sheinbaum, propone gastar cientos de millones de dólares en una solución simplista e ineficaz.
La cooperación con Estados Unidos, afirmó Sheinbaum, es fundamental. Se mantienen conversaciones de alto nivel, incluyendo una estrategia para la migración legal (CVP). Sin embargo, México se mantiene firme en su rechazo a la imposición de aranceles. Mientras el gobierno mexicano fortalece sus consulados en Estados Unidos y colabora con gobernadores fronterizos para brindar asistencia a los mexicanos, la postura de Trump sigue centrada en la deportación y la construcción del muro.
La diferencia es clara: una visión humanitaria que busca atender las causas raíz de la migración versus una perspectiva enfocada en la seguridad fronteriza y la deportación. Esta discrepancia ideológica plantea un debate profundo sobre cómo abordar el tema migratorio. La respuesta de México, en este contexto, parece ser una apuesta a la colaboración internacional basada en el respeto a la soberanía nacional y la autodeterminación.
El éxito a largo plazo de esta estrategia, sin embargo, permanece como un asunto en constante evaluación, considerando la compleja realidad del flujo migratorio y los desafíos en materia de seguridad fronteriza.