Inversiones chinas en México: Preocupación en Washington y el futuro del T-MEC

Se respira un ambiente de progreso, de inversión, una escena que se repite en varios puntos del país. Pero detrás de esta imagen de desarrollo económico, se esconde una historia que está llamando la atención a nivel internacional. Nos referimos a la creciente presencia de empresas chinas en México, un fenómeno que ha generado preocupación en Washington. En el corazón de esta preocupación se encuentra la relación comercial entre México y China, y su impacto en el T-MEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá).
Entre las empresas chinas que han establecido presencia en México destacan ZC Rubber, fabricante de neumáticos, y Leoch, productora de baterías de litio y plomo. Su llegada, junto a la de otras compañías, representa una inversión significativa que está reconfigurando el panorama industrial mexicano. Estas inversiones, aunque aparentemente modestas en comparación con el total, están generando un impacto estratégico que preocupa a los Estados Unidos.
“Desde una perspectiva puramente económica, la importante actividad inversora china en México va a hacer sonar las alarmas en Washington,” afirma Connor Pfeiffer, director de relaciones con el Congreso del FDD Action. Esta preocupación se basa en la posición estratégica de México, su acceso privilegiado al mercado estadounidense y la coincidencia con otras prioridades de la agenda estadounidense como la migración y el control de drogas.
La cifra oficial de inversión china en México en 2023, según datos del gobierno mexicano, fue de 450 millones de dólares. Sin embargo, fuentes externas sugieren que la inversión real podría ser significativamente mayor. Datos de la empresa de análisis inmobiliario SiiLA muestran que las empresas chinas ocupan el doble de espacio industrial en México que hace tres años, absorbiendo un 7% de la capacidad desde 2020. Aunque esto representa solo un pequeño porcentaje del total, su crecimiento acelerado es notable.
El estado de Coahuila, con su frontera con Texas, ha sido particularmente receptivo a la inversión china. El gobernador Manolo Jiménez ha promovido activamente las ventajas del estado, destacando su infraestructura y su política de seguridad. “Sea cual sea el país de origen, las empresas generalmente quieren una integración local donde no tengan problemas de infraestructura,” explica César Cantú, presidente de Grupo Alianza. Esta perspectiva subraya la búsqueda de las empresas por establecerse en mercados estratégicos con condiciones favorables de operación.
Expertos como Juan Carlos Baker, director de Ansley Consultores, reconocen el crecimiento de la presencia china, pero advierten contra una interpretación exagerada. Si bien el aumento es significativo, no alcanza los niveles de otros países sudamericanos. Sin embargo, la situación plantea un reto para la nueva administración mexicana, que deberá equilibrar las relaciones con Estados Unidos y China en un contexto de creciente complejidad geopolítica.
La revisión del T-MEC en 2026 promete poner el tema en el centro del debate, analizando el rol de China en las cadenas de suministro y las implicaciones para las tres naciones involucradas. La situación plantea un escenario complejo, donde las inversiones, las relaciones internacionales y los tratados comerciales se entrelazan para conformar un futuro incierto, lleno de retos y oportunidades.