El corazón de la noticia se centra en la presencia de Ariadna Montiel, Secretaria del Bienestar, y Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta, quienes se trasladaron hasta Urique, Chihuahua. Allí, en medio de un paisaje de imponentes montañas y profundas barrancas, se anunció un programa de apoyo de gran envergadura para la población indígena de la región.
“Por mucho tiempo los malos gobiernos impusieron olvido y desdén ante los justos reclamos del pueblo”, destacó Montiel durante su discurso, reconociendo la histórica lucha de los rarámuri por la defensa de sus tierras y recursos naturales. Este reconocimiento oficial marca un hito significativo en la relación entre el gobierno y esta comunidad.
Más allá del reconocimiento verbal, se presentaron acciones concretas. Montiel detalló la expansión de programas sociales como la Pensión de Mujeres Bienestar, ya operativa en todo Chihuahua, incluyendo la Sierra Tarahumara. A esto se suma la entrega inminente de tarjetas del Banco del Bienestar para facilitar el acceso a los apoyos.
Pero el anuncio más significativo fue la implementación de la Beca Universal Rita Cetina, un programa que beneficiará a todos los estudiantes de educación básica, comenzando con el nivel secundaria. Esta beca representa una inversión importante en el futuro de la comunidad, abriendo puertas a oportunidades educativas que antes parecían inalcanzables.
La visita culminó en Mogotavo, donde Sheinbaum firmó dos decretos presidenciales que reconocen la propiedad comunal de tierras para el pueblo rarámuri, un paso crucial para la seguridad y el desarrollo autónomo de la comunidad. Se trata de un paquete de medidas que va más allá de la simple entrega de recursos, abarcando aspectos esenciales como la salud, con un censo a domicilio y la visita de más de 22,500 médicos y enfermeras a partir de febrero, y la educación, con el lanzamiento de la nueva beca.
La imagen de las autoridades federales, junto a representantes de la comunidad rarámuri, refleja un compromiso que trasciende las declaraciones políticas, un compromiso sellado en el corazón mismo de la Sierra Tarahumara, donde la justicia y el bienestar buscan un nuevo camino.