Ese olor, familiar para algunos, aterrador para otros, anunciaba la presencia de algo inesperado. Resultó ser una fuga de gas, específicamente en un bóiler ubicado en un edificio de la zona. Aunque la situación pudo haber escalado rápidamente, gracias a la rápida intervención de vecinos y servicios de emergencia, se evitó una tragedia mayor. Los detalles, aún en proceso de investigación por las autoridades, apuntan a una falla en el sistema de ventilación del aparato. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil confirmó el incidente, pero declinó brindar más información hasta tener un reporte completo.
La fuga afectó directamente a tres personas que residen en el inmueble. Expertos señalan que el hecho de que no requirieran traslado a un hospital indica que la intoxicación fue leve, aunque se les recomendó atención médica preventiva y una exhaustiva ventilación del área afectada. "En estos casos, la rapidez de acción es clave", explicó un paramédico en el lugar, "la exposición prolongada a concentraciones elevadas de gas puede tener consecuencias mucho más graves."
Entre las medidas de precaución tomadas, se procedió al inmediato corte del suministro de gas, la evacuación preventiva de los residentes de algunos departamentos cercanos y una minuciosa revisión de la infraestructura del edificio para descartar daños mayores. El incidente, si bien no dejó víctimas de gravedad, sirve como un recordatorio crucial sobre la importancia del mantenimiento preventivo de los sistemas de gas y la necesidad de reportar cualquier anomalía de inmediato.
La investigación continuará para determinar las causas exactas de la falla y para aplicar las medidas correctivas pertinentes. Mientras tanto, los vecinos afectados están a la espera de un reporte oficial sobre la reparación y la seguridad del edificio.