En México, estas ansias se traducen en diversas tradiciones, desde las clásicas cenas familiares hasta rituales con un simbolismo profundo. Este año, con el 2025 a la vuelta de la esquina, una práctica ancestral vuelve a ser foco de atención: el ritual de la ropa blanca en Año Nuevo. Más allá de una simple superstición, se trata de una tradición arraigada, con raíces que se remontan, según algunos estudiosos, a la cultura brasileña de los años 80s, en las festividades de Reveillon en Copacabana.
Pero, ¿qué hay detrás de la vestimenta blanca? El significado es claro: pureza, armonía, paz y la promesa de un nuevo comienzo. Vestir de blanco se interpreta como recibir el nuevo año con una "hoja en blanco", listos para escribir una nueva historia, con proyectos ambiciosos y metas alcanzables. El blanco, a diferencia del negro que se cree absorbe energías negativas, atrae las buenas vibraciones, generando un aura positiva.
Más allá del blanco, existen otras creencias alrededor de los colores de la ropa interior: una gama cromática que según la tradición, atrae diferentes aspectos de la vida:
- Verde: Atrae la libertad, el bienestar y la buena suerte, conectándote con la naturaleza.
- Rojo: Representa el amor y la pasión; ideal para quienes buscan nuevas relaciones.
- Amarillo: Llama a la prosperidad económica, atrayendo dinero y riqueza.
- Rosado: Fomenta relaciones más cercanas y armónicas con amigos y seres queridos.
El ritual en sí es simple: basta con usar al menos una prenda de color blanco. No se exige un atuendo completamente blanco; una blusa, un pantalón o un vestido bastan para participar en esta tradición. Lo importante reside en la intención, en el deseo de empezar el año con optimismo y energía renovada.
Así, entre maletas y deseos de viaje, el ritual de la ropa blanca se presenta como una práctica sencilla pero poderosa para recibir el 2025 con una actitud positiva y la esperanza de un futuro próspero.