Uno de los temas centrales fue la seguridad. Sheinbaum afirmó que la estrategia nacional está mostrando resultados, como lo demuestran las cifras de homicidios más bajas en diciembre. Aseguró que su gobierno continuará priorizando la atención a las causas estructurales de la violencia, fortaleciendo la inteligencia y la investigación, y coordinándose con las entidades federativas. Este enfoque, subrayó, responde al "modelo de humanismo mexicano" que guía a su administración. La presidenta invitó a la ciudadanía a confiar en el rumbo trazado, mientras se comprometió a presentar un balance detallado de seguridad el próximo 9 de enero.
En materia económica, Sheinbaum enfrentó las críticas sobre la sostenibilidad de los programas sociales y la supuesta falta de inversión. Defendió su política de "economía moral", basada en la austeridad republicana y el combate a la corrupción, como pilar para garantizar recursos suficientes. Además, anunció el lanzamiento del "Plan México", que incluirá incentivos para la inversión privada y estrategias para la sustitución de importaciones. Este plan busca consolidar la posición de México como un actor clave en el comercio internacional, especialmente en el contexto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Asia.
En cuanto a las obras de infraestructura, Sheinbaum garantizó la conclusión del viaducto elevado en Playas de Tijuana y otras obras clave en Baja California, destacando que los recursos están asegurados. Reconoció retrasos debido a desafíos técnicos, pero reiteró que los derechos laborales de los trabajadores serán respetados y que cualquier irregularidad será corregida. Este compromiso refuerza el mensaje de su administración de que las grandes obras no solo impulsan la economía, sino que también deben ser un ejemplo de justicia laboral.
Finalmente, Sheinbaum condenó los recientes actos de violencia en Estados Unidos, mostrando solidaridad con las víctimas, incluidos los ciudadanos mexicanos afectados. Sus palabras reflejan una postura de empatía y colaboración internacional, al tiempo que reafirman el compromiso de su gobierno con la paz y la seguridad.
Este inicio de año pone en perspectiva un México en movimiento, con retos significativos pero también con un liderazgo que invita al optimismo y la participación ciudadana. La pregunta queda en el aire: ¿podrá este modelo de gobierno mantener el ritmo y cumplir con las expectativas de un país en transformación?