Este plan, elaborado en coordinación con estados fronterizos como Baja California y Sonora, incluye la habilitación de albergues y estrategias para facilitar el retorno de los connacionales a sus lugares de origen.
La mandataria reiteró la importancia de defender los derechos y la dignidad de los mexicanos en el extranjero, resaltando su valiosa contribución a la economía estadounidense. Además, subrayó que cualquier medida en este sentido estará acompañada de esfuerzos diplomáticos para mitigar las tensiones que puedan surgir en la relación bilateral con Estados Unidos.
Este anuncio llega en un contexto de incertidumbre política, mientras el presidente Donald Trump se prepara para asumir nuevamente el cargo. Aunque el gobierno mexicano espera mantener una relación de cooperación, Sheinbaum enfatizó la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad.
La planificación y coordinación federal reflejan un compromiso claro con la protección de los migrantes. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿cómo garantizar que estas acciones tengan un impacto sostenido a largo plazo en la vida de los deportados? La implementación de políticas de reintegración será clave para transformar los desafíos migratorios en oportunidades de desarrollo.