Recientemente, historias de estafas a través de Marketplace de Facebook han inundado las redes sociales, generando preocupación entre los usuarios. Una de ellas, la de Paola Dagnino, pone de manifiesto una nueva modalidad de robo que va más allá del simple fraude económico.
Paola, una joven mexicana, decidió vender su cámara GoPro por $6,500 pesos. La transacción parecía normal al principio. Un comprador de Ciudad de México contactó a Paola, acordaron la venta y el pago a través de una transferencia bancaria. El comprador incluso sugirió usar Didi para la entrega, a lo que Paola accedió con la condición de que la transferencia se realizara antes de la entrega de la cámara: "Mientras tú me transfieras, yo no tengo problema, pero si llega el Didi y no me has transferido, yo no voy a entregar nada", comentó Paola.
Sin embargo, el comprador comenzó a retrasar el pago, poniendo excusas como aglomeraciones en el banco o problemas con el depósito en efectivo. Mientras tanto, un servicio de Didi se acercaba a su domicilio. Para presionarla, el estafador envió imágenes de un supuesto comprobante de pago con sus datos bancarios. Convencida, Paola entregó la cámara. Pero el Didi se canceló.
El comprador repitió la táctica varias veces, cancelando y solicitando nuevos Didis, mientras seguía pidiendo fotos de la cámara como "prueba". Una vez que la cámara fue entregada, Paola descubrió que la supuesta transferencia había sido rechazada porque se originó de una cuenta de cheques, la cámara ya estaba perdida y no había recibido nada a cambio.
La situación empeoró. Un supuesto representante de Didi la contactó, exigiendo $650 pesos para devolver la cámara, solo vía transferencia bancaria. Una amiga la alertó sobre la improbabilidad de esta situación, ya que ella no había solicitado dicho servicio de mensajería. Pero el problema no terminó ahí.
Finalmente, el comprador original la amenazó: "No recibí ningún paquete, atente a las consecuencias, yo trabajo en la Guardia Nacional, con tu pura cuenta puedo dar con tu dirección". Este mensaje de extorsión, usando la supuesta afiliación a las fuerzas de seguridad, es la parte más alarmante de la historia. Paola, sin el dinero y sin la cámara, se vio envuelta en una situación que va más allá de una simple estafa.
Este caso ilustra la sofisticación de las nuevas técnicas de estafa online, la importancia de la verificación de pagos y la necesidad de precaución al realizar transacciones a través de plataformas digitales. La experiencia de Paola sirve como una advertencia para estar alerta ante cualquier situación sospechosa.