El aumento en el número de caravanas migrantes que atraviesan el país ha generado una profunda inquietud en diversas organizaciones internacionales. Plan International México, por ejemplo, ha emitido una alerta, señalando el preocupante incremento de la violencia y la inseguridad a lo largo de las rutas migratorias. Se menciona que la tercera caravana de 2025 partió el 14 de enero desde Chiapas, con el objetivo de alcanzar Estados Unidos antes del 20 de enero, fecha de la investidura del presidente electo, Donald Trump.
Según el comunicado de Plan International México, “todas las personas desplazadas por la fuerza en México... enfrentan riesgos de protección inminentes y graves.” Estos riesgos, puntualizan, incluyen:
- Abusos físicos y sexuales
- Secuestros
- Violencia de género
- Falta de acceso a servicios de salud esenciales.
La organización hace hincapié en la necesidad de una respuesta inmediata y contundente por parte de las autoridades mexicanas. La inminente aplicación de nuevas medidas fronterizas por parte de Estados Unidos, incluyendo la posible intensificación de deportaciones y la finalización del muro fronterizo, podrían agravar la situación. Se teme un incremento en los cruces irregulares a través de zonas más peligrosas, aumentando el riesgo de detenciones arbitrarias y separación familiar. Además, la saturación de los sistemas de asilo y centros de recepción en las zonas fronterizas se prevé como una consecuencia directa.
La implementación de la aplicación CBP One, y su posible revocación bajo la nueva administración estadounidense, también forma parte de las preocupaciones expresadas, ya que afecta directamente a las posibilidades de acceso legal a territorio norteamericano.
La escasez de alimentos, refugio seguro y medicamentos, aunado a la falta de reconocimiento de mecanismos internacionales de protección, completa un panorama que demanda acciones urgentes para atender esta crisis humanitaria.