María Virginia Gutiérrez, de 59 años, llegó a la capital con sus seres queridos para celebrar las fiestas y cumplir un anhelo: conocer la Ciudad de México. Su hija, Gabriela Guadalupe, recuerda: "Decidimos venir a conocer... va a cumplir años mi mamá el 29 de enero, de alguna forma fue un regalo para ella."
El 2 de enero, durante una visita al Bosque de Chapultepec, la familia sufrió un giro inesperado. Mientras exploraban el icónico castillo, María Virginia se separó para ir al baño. Al regresar, su ausencia desató una desesperada búsqueda. Gabriela relata: "Entramos al baño, le hablo, veo que no me contesta... pensé que ya estaba afuera, les pregunto a mis familiares: ¿mi mami no está con ustedes?, ¿no la han visto? ¡No!"
Leslie García Torre, familiar de María Virginia, añade detalles sobre los días previos a la desaparición: "Un viaje familiar, muy contentos, disfrutando, llegamos a la casa de mi tía; pasamos un 31 muy a gusto, feliz, incluido el día primero, fuimos a darle gracias a Dios a la Villa." Un contraste abrumador entre la felicidad inicial y la angustia actual.
Desde entonces, la familia ha recorrido incansablemente el Bosque de Chapultepec y sus alrededores. La búsqueda ha sido dificultosa, no solo por la inmensidad del parque, sino también por la aparición de individuos que buscan aprovechar su desesperación. Leslie comenta: "Hay personas buenas, personas muy malas... incluso nos han llamado para estafarnos, hay gente que quiere tomar partida del sufrimiento."
La familia, mermada por la angustia, la precaria situación económica y el desconocimiento de la zona, continúa con la búsqueda. Su única esperanza reside en la posibilidad de reencontrarse con María Virginia.
La experiencia ha dejado al descubierto la cruda realidad de la inseguridad y la vulnerabilidad en una ciudad tan grande y diversa como la Ciudad de México, contrastando con la ilusión inicial de un viaje familiar.