Esta situación ha generado una profunda preocupación entre la población, que observa con creciente inquietud la recurrencia de hechos violentos en la zona. Este domingo 26 de enero, la escena se repitió con macabra similitud. En el acceso carretero conocido como La 20, que conecta a Villajuárez, Navolato y otras localidades, se encontraron dos cuerpos. Las autoridades confirmaron que ambos presentaban signos evidentes de tortura.
El hallazgo no fue casual. Junto a los cuerpos, la policía recolectó evidencia clave: fragmentos de equipo táctico, incluyendo un casco, una cubeta y varios "ponchallantas". Estos artefactos, comúnmente empleados por grupos delictivos para inmovilizar vehículos, apuntan a una posible emboscada o ajuste de cuentas.
La coincidencia con un suceso anterior es escalofriante. El pasado 1 de enero, en el mismo lugar, se encontraron cuatro cuerpos en circunstancias similares. Este patrón sugiere una posible conexión entre ambos incidentes y una intensificación de la violencia en la región, especialmente desde el 9 de septiembre, fecha que marca un incremento notable en los enfrentamientos entre grupos rivales.
La carretera Culiacán-Eldorado no es ajena a la violencia. Se han registrado previamente enfrentamientos armados y otros actos delictivos a lo largo de su recorrido. Hasta el momento, las autoridades se mantienen herméticas y no han emitido declaraciones oficiales sobre los hechos ocurridos este domingo. La identidad de las víctimas y el móvil del crimen permanecen sin confirmarse públicamente.
El silencio oficial contrasta con la creciente alarma social. La falta de información y la reiteración de la violencia generan incertidumbre y exigen una respuesta contundente de las autoridades para garantizar la seguridad de la población en la región.