Incendio destruye auto de policía en Culiacán
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El ambiente, usualmente bullicioso, aún se mantenía en una calma dominical. Nada parecía presagiar lo que ocurriría a unos metros de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. De pronto, una columna de humo negro se elevó en la Avenida Progreso, entre las calles Onceava y Décima. El foco de atención: un vehículo envuelto en llamas. La escena rápidamente atrajo la mirada de los vecinos, quienes observaban con incredulidad cómo las intensas llamas consumían un automóvil Nissan Tsuru, color rojo, un modelo clásico ya.
La rápida intervención del Cuerpo de Bomberos de Culiacán evitó que el incendio se propagara a estructuras cercanas. Los bomberos, con su eficiente trabajo, lograron controlar el fuego en pocos minutos. Sin embargo, para el Tsuru ya era demasiado tarde; el auto quedó reducido a cenizas, un amasijo de metal retorcido e inservible. "El vehículo quedó completamente destruido," comentó un testigo ocular.
Afortunadamente, el incidente solo dejó daños materiales. Paramédicos voluntarios de Costa Rica se presentaron en el lugar, preparados para cualquier eventualidad, aunque su presencia afortunadamente no fue necesaria. No hubo heridos ni víctimas que lamentar.
El propietario del vehículo, un agente de la policía de tránsito de Culiacán, se encontraba presente, observando impotente la destrucción de su propiedad. Una grúa se encargó de retirar los restos del automóvil, dejando la Avenida Progreso nuevamente despejada, como si nada hubiera pasado. La calma dominical retornó, dejando tras de sí el recuerdo de un incidente inesperado pero sin mayores consecuencias.