Aranceles de Estados Unidos amenazan sectores clave de exportación en México

El foco de atención se centra en las recientes medidas arancelarias impuestas por el gobierno estadounidense. Se trata de un arancel del 25% sobre todos los productos mexicanos y canadienses, una decisión que ha generado controversia y un fuerte impacto en la escena internacional. La Casa Blanca justificó la medida, según un comunicado emitido en febrero, "hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país".
La respuesta de México, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido contundente. Sheinbaum ha declarado que "México tiene que ser respetado" y ha anunciado la implementación de contramedidas arancelarias y no arancelarias, a ser reveladas el 9 de marzo. Por su parte, Canadá ha respondido con aranceles similares sobre bienes estadounidenses, iniciando una escalada de tensiones comerciales.
El impacto potencial en México es significativo. Más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos, incluyendo sectores cruciales como la manufactura automotriz (casi la mitad del total de exportaciones a Estados Unidos, alrededor de US$200.000 millones), electrónica, energía, agroindustria (aguacates, entre otros) y otros bienes manufacturados. Un arancel del 25% representa un golpe directo a estos sectores, amenazando con consecuencias negativas para el crecimiento económico, el empleo y la inversión extranjera.
Expertos como Valeria Moy, directora del IMCO, han advertido sobre la posibilidad de una recesión en México. El análisis de Standard and Poor's coincide con esta evaluación, señalando un panorama pesimista. Kimberly Clausing, investigadora del Instituto Peterson, califica la decisión estadounidense como "absurda", argumentando que perjudica no solo a México y Canadá, sino también a los consumidores y trabajadores estadounidenses.
La situación amenaza el T-MEC, el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, y pone en riesgo la estabilidad de las cadenas de suministro, ya que cada cruce de la frontera implica un nuevo gravamen. El futuro de numerosas fábricas a ambos lados de la frontera pende de un hilo. La incertidumbre generada podría frenar las inversiones extranjeras en México, lo que representa un desafío adicional para el Plan México, dedicado a fortalecer la industria nacional y atraer inversiones a largo plazo.
La evolución de esta situación, y su impacto final en las tres economías, dependerá de la duración de los aranceles. Un periodo corto tendría un impacto diferente a una imposición prolongada. Independientemente del tiempo, algunas empresas podrían tener dificultades para resistir las consecuencias, creando un panorama económico complejo que exige una cuidadosa observación.