Sheinbaum destaca el éxito de la Operación Frontera en la lucha contra el fentanilo

En el corazón de estos acuerdos se encuentra la problemática del tráfico ilícito de armas y drogas entre México y Estados Unidos. El pasado lunes, la CBP (Customs and Border Protection) realizó un importante decomiso en el Puente Internacional Del Río, Texas. Se trataba de un cargamento significativo: 16 armas, incluidos tres rifles de asalto, 26 cargadores y 128 cartuchos, interceptados en una camioneta que intentaba cruzar la frontera hacia México.
Esta acción no es un hecho aislado. Se inscribe dentro de un contexto más amplio de negociaciones entre ambos países, iniciadas a raíz de las amenazas arancelarias impuestas por la administración Trump. “Las amenazas arancelarias del presidente Trump no solo han movilizado a sus socios comerciales más inmediatos, México el primero de ellos, para atender problemas compartidos,” señala un reporte reciente. México, con la presidenta Claudia Sheinbaum al frente, ha respondido activamente a estos desafíos.
La presidenta Sheinbaum ha destacado la importancia de la colaboración en una conferencia de prensa: “Se ve que la coordinación, en efecto, está funcionando. Nosotros seguimos con la Operación Frontera para evitar que llegue particularmente fentanilo a Estados Unidos, y ellos nos están ayudando a que no lleguen armas de Estados Unidos a México”. La Operación Frontera, un despliegue de 10.000 elementos de la Guardia Nacional, es una pieza clave de esta estrategia.
El decomiso realizado por la CBP es calificado como “significativo” en un comunicado oficial. “Grandes aseguramientos de armas como este, mediante la coordinación entre autoridades estatales y federales, ejemplifican nuestros esfuerzos continuos para ayudar a mantener nuestras comunidades fronterizas seguras en ambos lados del río [Bravo]”, afirma la CBP. Los datos de la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) confirman la magnitud del problema: un 74% de las armas usadas por el crimen organizado en México provienen de Estados Unidos, principalmente de Arizona, California, Nuevo México y Texas. El 82% de las armas rastreadas terminan en territorios dominados por los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las medidas adoptadas por ambos países, como parte de los acuerdos alcanzados, incluyen no solo el decomiso de armas sino también la intensificación de la lucha contra el tráfico de fentanilo. La cooperación bilateral, en este sentido, parece ser un elemento crucial para enfrentar el problema de la inseguridad en la región fronteriza.